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Broccoli, la auténtica jefa de James Bond

Puede parecer increíble, pero las películas de James Bond son cine independiente producido por una empresa familiar. Una veintena de películas del espía británico más famoso del planeta han elevado el apellido Broccoli al olimpo cinematográfico. La pasión del patriarca familiar, el productor Albert ‘Cubby’ Broccoli, por las novelas de Ian Fleming le llevaron a asociarse con Harry Saltzman para lograr los derechos de la obra del escritor británico, salvo dos de sus novelas, Casino Royale y Operación Trueno. Así nació EON Productions, la pequeña productora capitaneada en sus primeros años por Broccoli y Saltzman y que desde 1962 custodian celosamente la integridad de la propiedad intelectual de 007.

Su hija Barbara, fruto de su tercer matrimonio, creció entre película y película de Bond. Apenas tenía dos años cuando su padre rodaba Doctor No en Jamaica. “Hasta que tuve 7 u 8 años pensaba que James Bond era una persona real, por la manera en la que estaba siempre presente en nuestra vida y en las conversaciones de nuestra casa”, confesó en una entrevista para Variety.

Casi 60 años y 25 películas después, Barbara Broccoli controla EON junto a su hermanastro Michael G. Wilson y es la guardiana no sólo de Bond, sino de su hermano literario Chitty Chitty Bang Bang, también creado por Ian Fleming. La franquicia cinematográfica más larga y exitosa de la historia del cine lleva recaudados 13.400 millones de euros.

Las últimas cuentas presentadas por EON al regulador británico declaraba unos activos de más de 324 millones de euros, aunque el valor total de la propiedad intelectual puede multiplicar fácilmente por 100 esa cantidad. Y aunque Wilson es conocido por sus aportes creativos a las películas de 007, es Broccoli quien se sienta de igual a igual con los grandes productores y distribuidores del mundo. Es capaz de decir que no a ofertas de series de televisión, además de exigir dónde, cómo, cuando y de qué manera se pueden ver las películas. Y aunque Amazon ha comprado MGM, los estudios que coproducen las películas con EON, Jeff Bezos no tiene nada que hacer contra el poder de veto de la mujer más poderosa de la industria del cine. Y además independiente. 

El acuerdo, un exotismo en la industria del cine actual, permite a MGM cofinanciar y distribuir las películas de James Bond, pero todos los beneficios generados por éstas se reparten al 50% con EON. Y es EON quien decide cómo son los materiales promocionales, cómo se comercializan los DVD y Blu-Ray y en qué plataformas digitales se exhiben las películas.

Daniel Craig, en el papel de James Bond, en un momento de la película ‘Sin tiempo para morir’.

En la encarnizada guerra que estudios y plataformas han mantenido durante la pandemia, Broccoli ha rechazado generosísimas ofertas para que la película número 25 de Bond, Sin Tiempo Para Morir, se estrenase digitalmente, antes que en cines. Aunque tampoco es una posibilidad que descarte para el futuro.

“Hacemos películas para que la gente las vea”, declaró Broccoli en una entrevista. “Nos gusta pensar que prefieren verlas primero en la gran pantalla. Pero, dicho esto, tenemos que pensar en el futuro. Nuestros fans serán quienes decidan cómo quieren consumir sus películas. Así que no creo que podamos descartar nada, porque es la audiencia quien tomará la decisión final, no nosotros”.

Barbara Broccoli tiene la última palabra acerca de quién va a interpretar a James Bond

En cualquier caso, recuerda la productora, “nosotros somos, para bien y para mal los custodios de este personaje”. Y es algo que no duda en poner sobre la mesa en sus reuniones con los grandes estudios, a los que recuerda que los grandes ejecutivos vienen y van, mientras que ella sigue al frente de EON. 

La actriz Rosamund Pike actuó en ‘Muere otro día’.

También es Barbara Broccoli quien tiene la última palabra acerca de quién va a interpretar a James Bond. Y no parece que vaya a ser una mujer. “Fue escrito como un hombre”, declaró a The Guardian, “y es más lógico hacer a las mujeres de sus historias más interesantes, antes que convertirlo a él en una mujer”. Algo que Broccoli puso en práctica cuando el cargo de director del Servicio Secreto Británico, conocido por la letra M, pasó a ser desempeñado por una mujer, interpretada por Judi Dench.

Y es que, independientemente del sexo de Bond, las películas producidas por EON son conocidas por ser espacios mucho más seguros para las mujeres que la mayor parte de las grandes producciones. La actriz Rosamund Pike, que trabajó en Muere Otro Día (2002), ha recordado más de una vez lo afortunada que fue al ser esa su primera gran producción. “Hago balance de toda mi experiencia [en Hollywood] y pienso: dios mío, Barbara Broccoli se adelantó décadas al movimiento #MeToo; no sentí ni un gramo de incomodidad mientras trabajé en esa película”. La productora ha apoyado públicamente al movimiento Time’s Up, promotor del #MeToo y ha financiado la mayor parte de los estudios que este movimiento usa para denunciar las desigualdades que todavía existen entre hombres y mujeres, también dentro de la industria del cine. Tampoco ha dudado en encargar y repartir ella misma insignias de Time’s Up en el Festival de Cine de Londres o en la entrega de los “Oscar” británicos, los BAFTA. 

La productora afirma que también ha sufrido discriminación y machismo “todo el tiempo”, de ahí que crea que es importante que las mujeres compartan sus historias. “Eso nos ayudará a sanar algunas heridas y a que nos apoyemos en las fortalezas de las demás”. Tampoco descarta poner a una mujer al mando de la próxima película de Bond, un Bond que ya no será Daniel Craig.

Y como no todo son espías machistas de los años 50, EON también se encarga de producir historias escritas, dirigidas o protagonizadas por mujeres como Nancy (2018), El Ritmo de la Venganza (2020) o Las Estrellas de Cine no mueren en Liverpool (2017), entre otras. Además promueve activamente el teatro y EON tiene en cartelera 10 obras en estos momentos, desde las versiones teatrales de Chitty Chitty Bang Bang, Extraños en un Tren Carros de Fuego a musicales y obras de Shakespeare. Sin olvidar numerosos proyectos culturales y educativos a lo largo y ancho del mundo que son financiados discretamente por la Fundación “Cubby” Broccoli.