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Elena Bernárdez (Endesa), liderazgo incombustible

Fotografía: Pablo Tribello.

En primera línea de la transformación de la movilidad en España y con la energía que mueve la pasión por las cosas, esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas nos da su visión sobre los desafíos a los que nos enfrentamos: “seguir viviendo en este mundo y crecer de manera más eficiente”.

¿Cómo ha cambiado la movilidad eléctrica en una década?

Hemos pasado de idea a mercado, de ser los que hablaban de algo curioso a convertirnos en un sector estratégico. Cualquier plan nacional o empresarial que se haga pasa hoy por contemplar la movilidad eléctrica.

Estoy muy contenta de haber participado desde el inicio y de entender las dificultades que conlleva la creación de un nuevo mercado.

Vayamos a ese inicio. Empezó en Endesa hablando de estos temas en 2010, ¿cuáles son los retos?

El entorno energético actual es de incertidumbre, nos afecta en todos los ámbitos y también en la movilidad eléctrica. Pero esta movilidad va a ir a más. Se trata de la transformación de un sector estratégico como es el transporte hacia un consumo energético más eficiente y más sostenible con la electricidad como energía propulsora. Y esto es imprescindible para continuar en el planeta en el que vivimos.

¿Y qué dificultades detecta?

Simplificándolo, tenemos que poder cargar nuestros vehículos como si fueran teléfonos móviles, en cualquier sitio y no sólo en una estación de servicio, lo que supone un cambio de paradigma respecto a la combustión interna.

Además, debemos ayudar al cambio de hábitos y hacer que los potenciales usuarios de un vehículo eléctrico lo tengan más sencillo. Para ello es necesaria una mayor capilaridad en la red de recarga. Nosotros, como Endesa X Way, tenemos la estrategia definida y la capacidad inversora para continuar desplegando esa infraestructura, pero necesitamos ir mucho más rápido. Hoy el mayor problema en ese sentido es la fase de permisos y, aunque la regulación ha mejorado en determinados aspectos, aún no es suficiente.

Entonces, ¿qué sería necesario para cambiar de paradigma?

Que empresas, gobiernos y ciudadanos quieran. Para ello, hay que facilitar el acceso a esta tecnología, pues nadie cambia si implica más dificultad o coste. Además, al igual que hay campañas de concienciación sobre el agua también debe haberlas sobre el consumo de energía, que también es un recurso limitado. Más allá del beneficio de la reducción en emisiones contaminantes, es necesario que todos conozcamos el impacto de nuestras decisiones de consumo para que demos el paso de cambiar.

¿Y de verdad tenemos que creernos que la movilidad eléctrica nos va a cambiar tanto la vida?

Lo que es seguro es que nuestra movilidad será diferente y será eléctrica, conectada y más autónoma. Desafortunadamente, estamos comprobando que las políticas energéticas han sido en muchos casos dependientes de sistemas inestables y no es lo deseable. Este verano nos hemos dado cuenta de todo lo que nos jugamos: el desarrollo económico, que las empresas tengan que parar su producción o que las familias puedan calentarse el próximo invierno.

Necesitamos energía, y que sea autónoma, como las renovables. La clave es almacenar energía cosa que los vehículos pueden hacer, no son un electrodoméstico más de la casa, que se enchufa y consume. Con capas de agregación y conectados a cargadores inteligentes, se puede regular la carga de vehículos cuando sea más eficiente económicamente y pueden suministrar al sistema la energía almacenada en sus baterías cuando sea preciso.

Por eso, cuando hablamos de movilidad eléctrica hablamos de una integración de nuevos elementos que cambiarán la manera en la que entendemos el uso del vehículo. Para ello, necesitamos que vengan de serie con esta tecnología, que ya existe, instalar cargadores inteligentes que permitan esta interactuación con el sistema y que la regulación evolucione. No es inmediato, pero en otros países como en Japón esta funcionaidad ya está contemplada de serie.

Su estilo de liderazgo es humano y exigente. ¿De dónde le viene?

Creo que aprendí del judo, que he practicado durante 28 años, la receta para trabajar mucho, ser táctica y resiliente. Luego está el apoyo de mi marido, mi familia, y de todo mi equipo. Con un propósito claro cómo mejorar el mundo en el que vivimos, todo es más fácil.

¿Y cómo está siendo liderar como mujer en este sector?

Tenemos que creérnoslo, la historia no nos lo ha puesto fácil, pero a veces, somos nosotras mismas las que también nos ponemos barreras, así que hay que aprender a no ser tan perfeccionistas.

En definitiva, poco se habla en los negocios de que para ser líder es fundamental que quieran seguirte, porque “como sociedad tenemos un compromiso inminente, dar a los jóvenes las mismas oportunidades que tuvimos las generaciones anteriores”, añade Bernárdez.