Opinión Yolanda Sacristán Yolanda Sacristán

Sobre la influencia, mujeres que hacen cosas y dónde cuelga el ‘Mata Mua’

Conocí a Tita, la Baronesa Thyssen, en otra vida. Yo dirigía una cabecera de moda, lujo y lifestyle de nombre francés; ella era una de las mujeres más poderosas e influyentes de España. De esto hace más de 15 años. Me pareció una señora imponente; un torrente de energía; un alma libre. Como ahora; porque Tita no ha cambiado. La recuerdo en el Thyssen divina, campechana y generosa decidiendo, entre cajas de embalaje, dónde colgar sus obras de arte. ¿Y acaso no consiste en eso la influencia, en elegirle pared al Mata Mua? Ya lo habrá adivinado; este número que tiene entre sus manos va de mujeres poderosas. Y me pregunto si el poder no es brindar, Veuve Clicquot mediante, con Frank Sinatra y Marilyn Monroe. O atravesar el cielo de Lugano en un globo aerostático con forma de capullo de rosa, junto al magnate Malcolm Forbes, creador de la revista que se dispone usted a leer. Me temo que sí. La influencia era eso, y una colección de arte que incluye obras de Canaletto, Hopper, Picasso, Rothko, van Gogh, Cézanne, Zurbarán, Klee… por nombrar unos cuantos. Tal vez por ello, Carmen Thyssen encabeza mi primera lista Forbes de las 100 mujeres más influyentes de España, aunque eso a ella no le importe. Porque echando mano de la misma energía de hace una vida, Tita prefiere abrirnos sus álbumes de fotos y compartir con nosotros el brillo fugaz de su fabulosa vida fotograma a fotograma.

Como Elon Musk, yo también creo en la gente normal que elige ser extraordinaria, y este número, el primero que dirijo como Brand Manager de Forbes Woman, tiene mucho de ello. Gente normal como Ana Botín, presidenta del Banco de Santander, que decide sumarse al apoyo internacional que está recibiendo la ONG Code.org para promover el aprendizaje de la programación a cada niño de cada escuela del mundo. Mujeres como Ana Peleteiro o Paula Badosa, exponentes de nuestro talento deportivo y embajadoras de la marca España allende nuestras fronteras. Periodistas como Ana Rosa Quintana, Sandra Barneda, Susanna Griso o Julia Otero, que manejan con maestría el pulso de la actualidad y la guerra de las audiencias. Mujeres de bandera como Nieves Álvarez, sencillez y elegancia elevadas a la máxima potencia. Chefs como Carme Ruscadella o Elena Arzak, a los fogones de la excelencia y la innovación culinaria y con más estrellas Michelin que el famoso Walk of Fame. Grandes fortunas, investigadoras, científicas, artistas, empresarias, directivas o, simplemente, mujeres auténticas como Cruz Sánchez de Lara, abogada y activista en temas relacionados con los Derechos Humanos y la solidaridad a través de la ONG que fundó en 2011, THRibune for Human Rights. En definitiva, este número está lleno de mujeres normales que eligen inspirar a las nuevas generaciones. Mujeres de a pie que deciden influir en la sociedad para contribuir al desarrollo de la inteligencia, la afectividad, la asertividad, el comportamiento y la personalidad. Este número va de mujeres que hacen cosas, y qué cosas, señores.

Por Yolanda Sacristan, Brand Manager de Forbes Woman.