Forbes W

Juno House, un club para diosas

Sin tener que renunciar a nada y bajo un mismo techo pueden convivir el bienestar, la maternidad y el crecimiento personal femeninos. Un propósito claro del que Natalia Batlle, originaria de Chicago y con raíces catalanas, fue consciente al dar a luz y conciliar ser madre con una asentada trayectoria profesional en el marketing.

Tras una etapa en Estados Unidos, a su regreso a Barcelona sintió que le faltaba algo. En Nueva York podía compaginar ser madre con su rutina laboral gracias a unos clubes para mujeres. Allí, ella y sus colegas podían trabajar, mantener reuniones, tomar una copa, asistir a clases de fitness o estar cerca de sus retoños sin tener que renunciar a algo. 

EL NUEVO TEMPLO DE LA CONCILIACIÓN

Ese momento eureka fue el que le dio la idea. ¿Por qué esperar a que alguien montara uno de estos clubes si podía ser ella quien diera el paso?

En el germen del proyecto encontró la alianza perfecta con otras dos emprendedoras: Liana Grieg y Eva Vila-Massanas. Y las tres se lanzaron a ello.

Juno House, que abre sus puertas este mes en Barcelona, nace con la idea de convertirse en un centro dinamizador en el que conciliar la vida personal y profesional del sector femenino. Así como favorecer la creación de una comunidad colaborativa, diversa y, en especial, «con una mirada holística y consciente, donde las mujeres puedan conectar, crecer y hacer que las cosas pasen», señala Batlle, CEO de este particular olimpo. 

A la vista está que Juno House es una suerte de refugio  que honra con su nombre a la diosa romana encargada de proteger la casa. Pero también una luchadora. En ella se inspira el primer club social barcelonés concebido por y para la mujer actual. Y pretende funcionar como un catalizador del desarrollo femenino. Además de anticiparse como el  nuevo place to be de la ciudad. Juno House está dirigido a «mujeres que buscan un lugar en el que evolucionar sin que nada les pare y sin tener que hacer renuncias de ningún tipo», en palabras de las fundadoras. 

LA UBICACIÓN QUE SUMA

El club, inspirado en su interior por una mezcla de estética inglesa y neoyorquina, se aloja en un emblemático edificio industrial de 1915 ubicado en el centro de negocios de la ciudad, en La Farinera de Aribau.

Sus 1.400 metros cuadrados están repartidos en dos áreas diferenciadas: una nave industrial, concebida como epicentro del desarrollo profesional y la Farinera, una torre de cinco plantas destinada a potenciar el crecimiento, la conciliación familiar y el bienestar personal.

En él, cuentan con distintos espacios de coworking, salas para reuniones o eventos, fitness studio, café bar, biblioteca y, por supuesto, un área infantil con guardería. El asesoramiento gastronómico corre a cargo de la chef Laura Veraguas. Y la remodelación del edificio ha sido proyectada por el estudio de arquitectura BCA. Sin olvidar el exquisito interiorismo de Meritxell Ribé, cofundadora de The Room Studio.

Este megaproyecto urbano ha contado con una inversión inicial de más de dos millones de euros, aportados por las tres socias y Sandrigham, firma gestora del family office de Silvio Elías. Y prevén un plan de expansión internacional con nuevas sedes en Madrid, Milán y Lisboa, 

Y con todo, aquí se darán cita todas aquellas mujeres que quieran tener una relación prolongada en el tiempo con ellas mismas. Como diosas.