Una científica zimbabuense de 20 años va camino de utilizar virus que infectan bacterias para combatir algunas de las enfermedades infecciosas más mortíferas del África subsahariana.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, la tuberculosis es la principal causa de muerte por enfermedad infecciosa en el mundo y más de una cuarta parte de las muertes por tuberculosis se producen en África.
Rutendo Kahari estudia en la Universidad de Baylor y es una investigadora biomédico en ciernes interesada en los bacteriófagos (virus cuyos huéspedes son bacterias) y la ingeniería genética como posibles herramientas para combatir la tuberculosis (TB) y otras enfermedades infecciosas.
«Tengo la misión de aportar el poder de la biotecnología emergente para hacer frente a la carga de enfermedades de mi región y promover la equidad sanitaria en toda África, todo ello inspirado por mi experiencia con mi difunto padre, enfermo crónico durante diez años y fallecido justo antes de que yo cumpliera 17 años», afirma.
Estudios recientes se han centrado en los tratamientos basados en fagos como solución para tratar la tuberculosis multirresistente. Tras escuchar un podcast sobre bacteriófagos, Kahari investigó cómo los fagos podrían combatir la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos.
«Me intrigaba la idea de utilizar virus para controlar poblaciones de bacterias patógenas», afirma.
En 2021, Kahari presentó su investigación «Fighting Multidrug-Resistant Tuberculosis with Phage Therapy» en la Global Community Bio Summit 5.0 del MIT y también participó en Future Earth Academy, un programa beta virtual global de biotecnología en el que participaron Kahari y otros 12 jóvenes seleccionados bajo la dirección de la doctora Jennifer Jones.
«Este programa me introdujo en herramientas biotecnológicas que tienen el potencial de revolucionar el sistema sanitario africano y a los científicos en ejercicio», afirma Kahari.
En 2023, Kahari también realizó unas prácticas en Nueva York, con Chai Ventures, un fondo de capital riesgo que invierte en empresas sanitarias y tecnológicas dirigidas por mujeres; y el programa de jóvenes líderes Global Citizen Year en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
«Rutendo ya ha dejado huella en su país: enseña programación a los niños de su ciudad y ha presentado su tecnología de realidad virtual a otros miembros de su comunidad», afirma Jones, quien añade que Kahari también inspira a otras personas de su región a perseguir objetivos más ambiciosos.
Una motivación personal
Kahari creció en Bulawayo (Zimbabue) con su madre, su padre y dos hermanas, pero a los 8 años recuerda haber visto una radiografía de tórax que, según ella, parecía una «rana deformada».
«Era el corazón agrandado de mi padre debido a una insuficiencia cardiaca congestiva y, durante los 10 años siguientes, vi cómo mi superhéroe de la infancia quedaba postrado en la cama y dependía de 16 pastillas al día», cuenta. «Entonces no lo sabía, pero ahí nació mi interés por la biomedicina».
Kahari cuenta que le ayudaba a clasificar sus medicamentos diarios para asegurarse de que no se le pasaba ninguno e intentaba comprender cómo interactuaba cada comprimido con el cuerpo humano a nivel molecular.
«Cuando entré en el instituto, los términos médicos y la farmacología empezaron a tener sentido, pero el tiempo de mi padre estaba llegando a su fin», dice Kahari, y añade que cuando su padre falleció, ella supo que su propósito era curar.
«Quiero ayudar a crear un África más sana para que otros no sufran como mi padre», afirma.
Afirma que cuando se trata de desigualdades de cualquier tipo que afectan al mundo, el Sur Global es el más afectado, y sin embargo es el menos representado a la hora de desarrollar la solución.
«Cuando los científicos del Sur Global lideran las investigaciones de soluciones a los retos globales, tienen un conocimiento más profundo de los contextos ecológicos, sociales, económicos y culturales locales en los que se producen estos retos», afirma.
La Dra. Jones, mentora de Kahari, afirma que la escasez de recursos de la sanidad africana es la razón por la que reunió al grupo, incluida Kahari.
«Hasta que no se sienten a la mesa representantes de esas regiones, la ciencia no tendrá el impacto positivo que es capaz de tener, y las diferencias en la igualdad sanitaria seguirán aumentando», afirma la Dra. Jones.
Otra científica biomédica zimbabuense es Nathasia Muwanigwa.
Muwanigwa, científica originaria de Zimbabue, ayuda ahora a científicos, ingenieros y matemáticos de todo el continente africano para darles visibilidad e inspirar a las generaciones futuras.