Sophie Delafontaine lo tiene claro: sólo cree en una mujer segura de sí misma y con el deseo de vestirse por sí misma. Sin normas, sin clichés y sin tendencias que enturbien su decisión. Para ello, como responsable de las colecciones, Sophie Delafontaine lanza una colección de otoño e invierno que sólo puede ser entendida como fuente de inspiración: la que ella misma ha experimentado al admirar la obra del interiorista Pierre Paulin y, por supuesto, la que cada temporada se desprende del logo de la firma, el caballo de carreras.
El fuerte espíritu innovador y creativo de esta directora ha hecho que la presentación de la colección propuesta –presentada en París el pasado 3 de marzo– fuera todo un espectáculo ecuestre. Por un lado, el caballo de carreras de Longchamp simboliza el arte de vivir de la marca así como sus orígenes. También un dinamismo reflejado en las prendas, sus colores y estampados. Diseños alegres, clásicos pero adaptados a todo tipo de gustos, porque lo importante es que haya una mujer Longchamp para cada mujer y momento. Amplia representación y fuerte necesidad de confort, comodidad y ligereza.
Una animada colección que potencia y asienta los referentes femeninos defendidos por las mujeres todoterreno de la Maison, siempre seguras de su estilo propio y de tener el lujo como forma de vida y no como bien material.
Charlamos con Sophie Delafontaine sobre la nueva propuesta de estilo de la casa y el futuro más inmediato de la misma, la importancia que tienen las colecciones casual por encima de la alta costura y el empoderamiento de una mujer a través de su estilo.