Forbes W

María Zurita: «No sólo las familias monoparentales, también habría que ver con naturalidad ser hijo de padres separados»

Hace más de 20 años que María Zurita (Madrid, 1975) fundó su propia agencia de traducción e interpretación, Zesauro, que goza de gran prestigio profesional y es el resultado de todo lo que esta empresaria madrileña aprendió en su etapa universitaria, con estudios de Traducción e Interpretación. Por su faceta emprendedora, imparable es una calificativo que encaja perfectamente con la personalidad de Zurita, quien, además de dirigir su propia empresa, es presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid, colaboradora habitual de la Fundación Duques de Soria de Ciencia y Cultura Hispánica y de las International Women’s Forum, de la Fundación Atiende y la Fundación A La Par.

Pero no todo termina aquí. De todos sus trabajos mencionados, es el más reciente el que hace de María Zurita una mujer de prioridades claras: ser la madre que su hijo merece. Para ello, acaba de lanzar el que ella misma define como «un regalo hacia mi hijo que, además de dedicárselo, pretendo que le ayude a entender su situación de hijo de madre soltera». Porque eso es María Zurita, una madre soltera que, ante todo, busca dar naturalidad a una decisión personal y hacer comprender a estos niños [hijos de madres solteras] que no hay diferencias con respecto a todos modelos de familia.

Este regalo le llega a Carlos [su hijo] en forma de libro. Mi mamá y yo somos una familia feliz (HarperKids) es el primer libro de María Zurita, con el que a través de una historia ficticia cuenta la historia de ella, Carlos y Zeta [el perrito con el que completan su familia de tres miembros]. Poniéndose como ejemplo de familia monoparental, Zurita tiene el propósito de «ayudar a otras familia en la misma situación que la mía y que sus hijos puedan utilizar este cuento como herramienta para entender mejor su situación y que les proporcione seguridad».

El objetivo es naturalizar el hecho de que hay familias de todo tipo y que no pasa nada. El amor, el respeto y la tolerancia son los factores principales de este cuento y así debería ser también en nuestro día a día. Aunque reconoce que «gracias a Dios la sociedad ha avanzado mucho», y que hay mucha más aceptación de unos años aquí, «todavía queda mucho trabajo por hacer con nosotros mismos y con nuestros hijos», aclara.

Como herramienta para que los hijos de familias no convencionales puedan tener un relato, este libro –que puede resultar aparentemente sencillo–, ha necesitado de un largo proceso de maduración y muchas vueltas para obtener esta cuento-guía. Y el resultado no podría haber sido mejor: «Ha sido todo muy positivo, al menos, en lo que me llega a mí personalmente por redes sociales o por la calle. La gente echaba de menos un libro de estas características y de estas temáticas», comenta Zurita, que además ha podido compartir experiencias e impresiones con otras madres solteras, con resultados igual de gratificantes.

Este libro sitúa a Zurita en un referente para su hijo Carlos, quien convive con un ejemplo de lucha y perseverancia, en lo personal y profesional. «Como todas las madres trabajadoras hago lo que puedo. A veces llego y a veces no, pero no me flagelo por ello», confiesa. Empresa y madre a tiempo completo, Zurita intenta estar en casa todas las tardes para pasar tiempo con su hijo, también los fines de semana al completo. Una decisión que, asegura, «me hace feliz, aunque haya tenido que renunciar a muchas cosas».

Con Mi mamá y yo somos una familia feliz, la escritora descubre un nuevo terreno en el que quiere moverse con cautela. Tenía algo que decir y lo ha dicho, pero «aunque tengo muchas ideas en la cabeza, ninguna fija, prefiero ver cómo evoluciona este pequeño ensayo y ya veremos más adelante». Eso sí, si el día de mañana le diera por abordar otro tema en los libros, sería sobre padres separados, porque «creo que hay poca literatura sobre este tema, y me sorprende, ya que en este país creo que más de la mitad de los matrimonios están separados. Es una situación que no vivo yo personalmente, pero que habría que darle una vuelta».