El pasado 9 de noviembre Jill Stein (1950, Chicago, Illinois), veterana izquierdista de la política norteamericana, anunció su candidatura a las elecciones presidenciales del año que viene, por el Partido Verde, como alternativa a demócratas y republicanos.
Con estudios en medicina y una especialización en medicina interna, estudió en la Universidad de Harvard y se graduó en esa misma en 1973 y en la Escuela Médica de Harvard en 1979. Pero más que por esta formación, Stein es conocida por su activismo como ecologista, su labor docente y su carrera profesional como política, actividad que le ha mantenido ocupada gran parte de su trayectoria: se presentó a las elecciones generales de Estados Unidos en dos ocasiones, en las candidaturas de 2012 y 2016, todas ellas por el Partido Verde.
Líder de este partido, no sólo está vinculada a la política de primera línea. En 2002 y 2010 fue candidata para gobernadora de Massachusetts en las elecciones gubernamentales, como máxima representante del estado en el que reside. Afincada en Lexington y tras varios años con un perfil bajo, Stein vuelve a dar titulares. A través de su cuenta de X ha anunciado su candidatura a las presidenciales de 2024, donde se verá las caras con Joe Biden, en el bando demócrata, y Donald Trump, en el republicano. Una noticia que no ha pasado desapercibida por dos razones. La primera de ellas es que hasta hace unas semanas era la directora de campaña presidencial de Cornel West, quien se postulaba para la nominación del Partido Verde en las elecciones de 2024, pero que ahora se postula de forma independiente para la presidencia.
Por otro lado, la el anuncio de su candidatura para las presidenciales de 2024 ha hecho revivir uno de los tragos más amargos para los demócratas, cuando en las elecciones de 2016 fue acusada de impedir que Hillary Clinton no alcanzara la presidencia. Ocurrió que por el mismo partido político por el que ahora vuelve a presentarse, Stein logró un millón y medio de votos en detrimento de los demócratas, liderados por Clinton, quien, al no conseguir esos votos que se llevó el Partido Verde, perdió frente a Donald Trump. Un 1,06% de votos que, aunque insuficientes para gobernar, fueron decisivos en la inclinación de la balanza.
La propia Clinton señaló en su libro What Happened que había «más que suficientes votantes de Stein para cambiar el resultado, tal como lo hizo Ralph Nader en Florida y New Hampshire en 2000 [para permitir que George Bush derrotara a Al Gore]». Con los azules en contra y con ese puñado de votos verdes que Stein se metió en el bolsillo, el resultado benefició a los rojos de Trump, que ganaron las elecciones.
Más tímido fue el resultado que la política de izquierdas y líder del Partido Verde consiguió en 2012, un escaso 0.35% de votos que no supuso nada en el resultado final de aquellas votaciones. Ahora, aunque se estima que los votos de Stein para 2024 no serán mucho más altos, sí podrían ser decisivos para el partido republicano, ya que según las últimas encuestas realizadas por el país, la simpatía por el partido demócrata ha disminuido tras saberse que será Joe Biden quien vuelva a presentarse por el partido. Algo que se cree Stein ha aprovechado para recortar distancias con el resto de competidores y ser la primera alternativa al bipartidismo, con la idea rectora de «abordar el colapso climático y promover un Nuevo Acuerdo Verde», como ella misma ha dicho en su discurso de candidatura.
La campaña de Stein empezó el día 21 de noviembre y ya hemos podido escuchar algunos de las propuestas más destacadas de su programa electoral, como que «se necesita libertad en las urnas para poder asegurar una libertad de elección y democracia» y que «el sistema político está roto porque los dos partidos de la guerra y Wall Street están comprados y pagados”, asegurando que ella velaría por la gente, el planeta y la paz y que se implicaría a fondo en la «reducción a la mitad del presupuesto de Defensa, el regreso a casa de las tropas destinadas en el extranjero con excepción de las fuerzas de paz, la reforma electoral con votación por orden de preferencia, la eliminación gradual de la energía nuclear y del carbón, con un nuevo acuerdo verde ecosocialista para lograr el 100 % de energía limpia, cero emisiones de gases de efecto invernadero y seguridad económica para todos en una década».
Una llamada al cambio
En cuanto a las acusaciones que le llegan por parte de los demócratas que aseguran que su presencia en estas elecciones, muy probablemente, podría volver a darle la victoria a Trump, Stein ha mirado de forma directa a Robert F. Kennedy Jr., un abogado ambientalista y miembro de la conocida familia política. Ella asegura que no es sólo su candidatura la que perjudica al bipartidismo, también la de este Kennedy –unos 10 puntos según las encuestas para este candidato independiente– como respuesta al descontento generado por Biden y Trump.
En cualquier caso, la candidata de 73 años llama a un giro en los resultados de las próximas elecciones, apoyando su opinión en las encuestas actuales: «Si nos fijamos en ellas [las encuestas], alrededor del 63 % de personas dicen que los dos partidos del establishment nos han fallado y que necesitamos un partido diferente que realmente sirva a la gente«.