Todas las apariciones de la Reina se analizan con lupa y estamos acostumbrados a que envíe mensajes a través de su indumentaria. Hace tan solo una semana, en el desfile del 12 de octubre que celebraba el día de la Hispanidad, lució una adaptación del original vestido camisero azul con estampados florales de Juan Vidal. Elegante pero muy discreta, la Reina no quiso quitarle protagonismo a la princesa Leonor, quien estaría por primera vez en el desfile vestida con el uniforme militar de gala del Ejército de Tierra.
Anoche, sin embargo, se convirtió en la estrella con una blusa de mangas abullonadas rosa chicle, el color de moda gracias al estreno de Barbie, la película feminista que ha batido todos los récords de audiencia y de marketing. Ese color tan femenino también está asociado al cáncer de mama –aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en el pecho– y del que ayer se celebraba la efeméride del Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Motivo más que suficiente para que la Reina hiciese un guiño para lanzar un mensaje de la lucha contra esa enfermedad.
La blusa, de textura satinada y estilizada con un finísimo cinturón negro al nivel de la cintura, acaparó enseguida todas las miradas. Objetivo conseguido. Los looks más sencillos de la princesa Leonor –que lucía un vestido con estampado floreado de H&M– y la infanta Sofía, que ha viajado desde Gales, donde estudia este año, para acudir a la cita, lucía un discreto mono de color azul oscuro con detalles cut-out y pernera palazzo.
¡La veo, la quiero!
La blusa de la Reina no tenía rival. Se trata de un diseño de María Barragán, una marca nacida para crear diseños a medida, desde trajes de novia hasta moda casual de pantalones y camisas. Este tipo de prendas suele costar entre 100 y 200 euros, y la blusa chicle de la Reina está en ese rango y ha costado 138 euros. La primera vez que doña Letizia contó un diseño de María Barragán fue en 2021 para la festividad del Día de la Hispanidad, donde lució un vestido cruzado de color azul titanio.
Aunque su irrupción en el armario de la monarca es relativamente reciente, esta firma no es nada nueva y lleva funcionando más de 30 años y nació en Almería. Con el paso del tiempo su lema no ha cambiado: siguen apostando por la elegancia y la atemporalidad, aunque por supuesto conectadas siempre con las tendencias. Un buen trabajo artesanal de una empresa familiar a la que las nuevas generaciones le han dado un toque actual sin perder sus referencias. En este caso lo han clavado.