La historia de esta icónica marca empezó cuando el campeón de esquí de fondo, Pedro Gómez, desarrolló —en 1954— unos sacos de dormir de plumas y nylon para sus expediciones en los Alpes. El producto se convirtió en todo un éxito entre sus compañeros de aventura, lo que le llevó a diseñar nuevos modelos y registrar la marca cuatro años después. Fue en ese momento, en 1959, cuando creó el primer plumífero, el modelo Cáucaso, que era la primera prenda técnica para montaña de este tipo que se hacía en España.
Más tarde, y tras un parón en el tiempo, José Luis Serrano y Virginia Negral tomaron la decisión de devolver al ‘terreno de juego’ una marca que tanto frío apaciguó y tanta estética regaló. Ahora, Negral, como directora de comunicación de la renovada Pedro Gómez, comparte con FORBES WOMAN su visión del negocio y, sobre todo, su pasión por el estilo de vida que esta firma sigue cultivando con cada prenda y en cada colección.
La firma que nació como una necesidad para proteger de las bajas temperaturas acabó convertida en un icono de estilo entre la clase alta de Madrid. ¿Cómo puede una firma satisfacer a una clientela tan diversa?
Cuando Pedro creó sus plumíferos lo hizo para protegerse del frío en la montaña. Para ello utilizó las mejores materias primas y con un diseño atemporal que con el paso del tiempo trascendió de la montaña a la ciudad. Sus prendas se convirtieron en auténticos objetos de deseo que ya no solo eran usados en expediciones a lugares remotos o pistas de esquí, sino que se empezaron a poner de moda en otros escenarios más urbanos. Creo que el secreto está en respetar al máximo la calidad y los procesos de confección, hacer las cosas con cariño e ir innovando en cuanto al diseño para ofrecer nuevas gamas de producto a nuestros clientes, además, por supuesto, de dar la opción de personalizar cada prenda.
Así que se podría decir que primero triunfó entre los alpinistas en los años cincuenta y después en las pistas de baile de los ochenta. ¿A qué se debe la influencia de Pedro Gómez?
Pedro fue el primer creador de plumíferos en España. Sus sacos de dormir y sus abrigos se consideraban los mejores para la montaña, y como no existía ese tipo de prendas aquí, pasaron a considerarse artículos de lujo y prendas icónicas en la ciudad. Quien tenía un Pedro Gómez era un privilegiado.
Y tras un parón en el tiempo, deciden recuperar la marca y el estatus de Pedro Gómez. ¿Qué les impulsó a hacerlo?
Salió de manera natural. Llevamos 25 años introduciendo primeras marcas de streetwear en el mercado nacional y vimos el momento de poder recuperar esta firma tan reconocida en nuestro país y que tanto calado ha dejado entre sus fieles seguidores. No dudamos en ningún momento en volver a relanzar la marca y posicionarla en el lugar que merece. Creemos que una historia de superación tan bonita debe ser contada.
Entonces, ¿podría decir que la solera histórica de Pedro Gómez influye a favor de la marca acercando al público o la sentencia como una firma de lujo inaccesible?
En realidad es una mezcla de ambas. A lo largo de la historia de la marca, Pedro ha contado con clientes muy relevantes en distintas áreas del ámbito social y deportivo, que le han aportado mucho reconocimiento. Esto, unido al elevado coste de la materia prima con la que trabajamos, evidentemente nos acerca más al lujo, pero nos encantaría que todo el mundo pudiera acceder a nuestras prendas. De hecho estamos desarrollando nuevas líneas de producto más económicas y accesibles a todos los bolsillos.
Hablemos de ese cliente final. ¿Para quién diseña Pedro Gómez?
Nuestro cliente actual es muy amplio. Tenemos colección de niño desde los cuatro años y por la tienda han pasado clientes con los que Pedro contó en sus inicios, que rondan los 70 años. No queremos encasillarnos en ningún grupo concreto de edad ni de estilo de vida, ya que la marca puede satisfacer las necesidades tanto de deportistas, niños, teenagers, nostálgicos…
Pero sí mantener la exclusividad, algo bueno para la producción controlada. Al tratarse de una firma que atiende con cita previa y que ofrece un trato personalizado, la producción controlada forma parte del ADN de la marca. ¿Cómo contribuyen a la sostenibilidad?
Desde hace unos meses recibimos clientes también sin cita previa, aunque por supuesto seguimos teniendo nuestra agenda abierta para los clientes que desean concertar cita para hacerse su Pedro Gómez a medida. Para nosotros la sostenibilidad se basa principalmente en un mercado de proximidad, confeccionando de manera artesanal y 100% en España. De esta manera la huella de carbono se reduce y además apoyamos el crecimiento económico nacional. Con una producción muy limitada, incluso haciendo prendas únicas para nuestros clientes y aprovechando al máximo los materiales que adquirimos, creo que también aportamos nuestro granito de arena en este sentido. Además, seguimos trabajando con Pyrenex, el mismo proveedor de Duvet que Pedro tenía desde sus inicios. Es la única empresa en Europa que ofrece todos los certificados de calidad y de trazabilidad de la pluma, garantizando que la materia prima básica de nuestros plumíferos es respetuosa con los animales. Su producción es limitada y 100% sostenible. En breve incorporaremos tejidos reciclados. En el packaging también utilizamos papel reciclado. Y nos posicionamos a favor de una compra responsable, en la que prime la calidad por encima de la cantidad, evitando formar parte de campañas agresivas de rebajas ni Black Fridays.
¿Qué mensaje le daría a quienes siguen afirmando que no consumen moda sostenible por sus altos precios?
Que lo barato sale caro. Mejor comprar una prenda, que se convierta en fondo de armario y que le va a durar toda la vida, a estar gastando dinero todos los años en prendas que muchas veces no se necesitan y que no sobreviven ni una temporada. Aparte, el hecho de ser una marca sostenible no implica que sea necesariamente más cara que otras del mercado.
Y volviendo al producto, en cuanto a la colección de invierno, ¿qué novedades presenta Pedro Gómez?
Como novedad acabamos de lanzar una nueva línea de chalecos más finos, los Gredos y una línea de punto 100% lana virgen de altísima calidad confeccionada en Italia. También tenemos casi lista la nueva colección de mujer y un modelo tres cuartos para hombre, que lanzaremos próximamente. Por no hablar de las colaboraciones, ¡¡que vienen cosas muy potentes!!
Un futuro prometedor, pero la marca también tuvo que enfrentarse a una pandemia. ¿Cómo afectó a las ventas? ¿Qué medidas tuvo que afrontar como empresaria de un negocio?
Como todos los negocios, de la noche a la mañana nos vimos obligados a cerrar la tienda física, pero gracias a la venta online pudimos seguir vendiendo el stock que teníamos fabricado. También seguimos en contacto directo con los clientes a través de nuestra web y redes sociales. Tuvimos que armarnos de paciencia, adaptarnos a la situación y seguir trabajando en la medida de lo posible. Ese parón nos sirvió para prepararnos para el invierno siguiente. En cuanto nos dejaron volver a abrir, retomamos las visitas con cita previa, que ya era nuestra forma de trabajar desde que inauguramos en septiembre de 2019, para poder dar mayor exclusividad a nuestros clientes y que con la pandemia se convirtió en una necesidad y nuevo modelo de negocio. Obviamente, cumplimos con todas las medidas higiénico-sanitarias que se exigían.
Y como conocedora del sector, ¿sobrevivirá esta industria si continúa con los ritmos tan atropellados de producción? ¿Cómo afectan estos ritmos a la calidad y el resultado final de las prendas?
Esperemos por el bien del planeta que todas las empresas tomen conciencia y cambien sus modelos de negocio, porque este ritmo es imposible de mantener. Esta industria, como bien sabemos, es de las más contaminantes y nos estamos cargando el medio ambiente y al final lo pagarán las nuevas generaciones. Cuando se fabrica a gran escala y a un ritmo tan frenético, la calidad se ve mermada y se hacen prendas que no pueden perdurar. Por no hablar de los miles de toneladas de prendas que se destruyen. Solo en Europa cada año se tiran a la basura 8 millones de toneladas de ropa. Es de locos. Debería existir más conciencia social a la hora de consumir y ese, junto con una fabricación más racional y controlada, creo que son dos de los grandes retos a los que se enfrenta el ser humano actualmente.
¿Y cómo combaten la competencia?
Por suerte, en este país y en nuestro sector, no tenemos competencia. Nadie hace las prendas que nosotros confeccionamos, ya que seguimos siendo pioneros a escala nacional e internacional en la personalización de prendas de abrigo a medida.
Mujer y empresaria. ¿Está de acuerdo con esos estudios que señalan que cada vez son más las mujeres que se ponen al frente de empresas? ¿Existe igualdad o a pesar de esos porcentajes la igualdad sigue siendo una utopía?
Creo que, gracias al esfuerzo y trabajo duro, es una realidad que cada vez más mujeres ocupan puestos de mayor responsabilidad en las empresas y a todos los niveles de la sociedad. Cada vez las mujeres están más preparadas y se forman en especialidades que antes eran terreno de los hombres. De todos modos aún queda mucho trabajo por delante para poder equilibrar esos porcentajes. Personalmente pienso que la inteligencia y la perseverancia no entienden de género y ojalá haya un día en el que prime el talento por encima de estas cuestiones.