Desde que el Papa Francisco fue nombrado Santo Padre en el año 2013, se ha involucrado cada vez más con su deseo de abrir aún más las puertas de la Iglesia para que todas las personas puedan abrazar la fe cristiana. Aún sigue resonando en la memoria aquellas palabras que expresó en su misa inaugural de las Jornada Mundiales de la Juventud en Portugal de este pasado verano, cuando afirmó que en la casa de Dios cabe cualquier persona. Unas declaraciones que dieron a entender que daba igual la orientación sexual, el color de piel o la identidad de género que la persona sintiese, iba a ser bienvenido a los brazos del Señor.
Una figura a la que el Papa Francisco le está dando cada vez mucho más valor es a la mujer. Pero, ¿en qué sentido? Pues concretamente en los altos estamentos de la Iglesia y el Vaticano. Es decir, que la mujer pueda formar parte de las reuniones cristianas en las que el Santo Padre, junto a su equipo de gobierno, acuerdan diferentes decisiones. Incluso se discute por la propia ordenación de mujeres diáconos.
Por citar algunos ejemplos de medidas que ha tomado el Santo Padre desde su ordenación, en 2020 emitió una carta papal que decía que las mujeres deberían de tener roles más formales en la Iglesia. Un año después, cambió algunas leyes para permitir formalmente que las mujeres pudiesen leer lecturas de la Biblia durante la misa, actuar como monaguillos y distribuir la comunión.
Regresando a nuestros días, esta semana se está llevando a cabo en la Ciudad del Vaticano una de las habituales reuniones anuales que realiza el Papa con numerosos clérigos de todo el mundo. Entre los 300 obispos, clérigos y cardenales que se encuentran en la ciudad santa, varios son mujeres. Como Helena Jeppesen-Spuhler, defensora de la ordenación de mujeres del Sínodo de Suiza, quien siempre ha participado en discusiones sobre el control de la Iglesia católica.
Jeppesen-Spuhler ha logrado ser la primera mujer en tener derecho a voto en los asuntos que se tratan en las reuniones vaticanas. Un logro que comparte con otras mujeres que estuvieron presentes en dicho evento y con el que se mostraba muy sorprendida al enterarse de la noticia. Y es que la suiza era tremendamente escéptica a la hora de pensar en lograr avances, aunque fuesen minúsculos, tras esta reunión. Pero, lo cierto es que incluso numerosos clérigos se han mostrado abiertamente a que la mujer tenga más presencia en el clero cristiano. Es más, también se han posicionado a favor de ordenar mujeres diáconos.
En palabras para el periódico estadounidense New York Times, Helena Jeppesen-Spuhler ha declarado que «se han mantenido discusiones realmente buenas» y que sus sensaciones hasta ahora son muy positivas. «No ha sido una pelea mujeres contra obispos y cardenales. En absoluto», ha explicado la católica suiza.
De esta reunión, que finalizará el domingo de 29 de octubre, no se espera que el Papa Francisco tome decisiones trascendentales. Ni siquiera las mencionadas anteriormente en relación con las mujeres. No obstante, las sensaciones que las mujeres católicas presentes en dicha reunión se llevan de vuelta a sus casas son realmente buenas. El futuro de la mujer en la Iglesia católica podría estar cerca de una revolución ansiada y esperada por miles de católicos.